Balance de Junta
Durante estos dos años, desde Caracol Insurgente, mantuvimos una línea fundamentada en la búsqueda del mejoramiento de la cursada de los estudiantes y en garantizar cada vez más el acceso a la información. Es por eso que desde el comienzo, exigimos a la Junta departamental la elaboración de actas donde se registraran los temas tratados y las consecuentes resoluciones, así como también dimos difusión a partir de informes quincenales. Esta herramienta práctica, permitió que muchos docentes, graduados y estudiantes se enteraran de hechos que los implicaba directamente (por ejemplo, el rechazo de un seminario, la negativa a la posibilidad de dirigir una tesis), lo cual puso en manifiesto que los estudiantes éramos los únicos que nos estábamos dando una política de difusión REAL para con nuestro claustro.
Asimismo, nos negamos a sostener una política de “tribuna”, es decir, utilizar la Junta solo para denunciar situaciones de injusticia dadas por fuera o por dentro del ámbito universitario, sino que pudimos proponer, discutir y aprobar proyectos.Creemos necesario avanzar en la conquista de nuestras reivindicaciones aprovechando todas las instancias políticas, gremiales e institucionales nuestro alcance. Sin dejar de denunciar el carácter antidemocrático de los órganos de cogobierno y luchando por la democratización de los mismos, damos la pelea en ellos, disputando la agenda política y utilizando los propios mecanismos institucionales para avanzar hacia la trasformación de las carreras y la universidad.
Algunos de los proyectos que llevamos a la Junta Departamental:
- Propuesta de Mayoría Estudiantil-Caracol Insurgente: elaborar criterios comunes de los 3 claustros para la designación de aumento de dedicaciones y/o promociones. ¿Cuáles son los criterios? 1) Desarrollo-científico dentro de la cátedra, 2) Trayectoria científica-académica, 3) Evaluación de la estructura de cátedra.
- Propuesta de Mayoría Estudiantil-Caracol Insurgente: que el Departamento apoye la solicitada para que el próximo congreso a realizarse en Mendoza respete los mandatos de las últimas asambleas y permita que los estudiantes presenten ponencias sin necesidad de coautoría con un graduado.
- Propuesta de la Mayoría Estudiantil-Caracol Insurgente: un proyecto que se opone a aceptación de los fondos girados por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) a las Universidades Nacionales del país en general, y en particular a los fondos correspondientes a la Universidad de Buenos Aires (UBA) provenientes del consorcio Bajo La Alumbrera. Se aprobó con modificaciones.
- Convocamos y movilizamos, junto con otr@s representantes estudiantiles en las Juntas de Letras, Geografía, Edición, Filosofía, Historia y Educación al Consejo Directivo, para la asignación de una partida presupuestaria para los viajes de formación académica que se realizarán en este segundo cuatrimestre del 2009. Conseguimos un 50% de financiamiento para todos los viajes.
- A partir de la iniciativa de la Mayoría Estudiantil-Caracol Insurgente, elevamos una carta redactada junto con otr@s estudiantes de arqueología, resaltando que la Comisión organizadora del Congreso de Arqueología para 2010 no cumplió con lo acordado en la Asamblea del anterior congreso, donde se permitía que estudiantes presentaran ponencias sin necesidad de coautoría con un graduado y la existencia de una categoría de pago diferencial para los graduados recientes. Dos juntas después, obtuvimos los avales en la junta, y los miembros organizadores del encuentro respondieron modificando las condiciones, incluyendo lo que solicitamos.
- En articulación con representantes estudiantiles de otras juntas de carrera, nos movilizamos para frenar el intento de las autoridades de la facultad para reducir el horario de cursada de 7 a 23 a 8 a 22, lo cual profundizaría la crisis de hacinamiento que atraviesa Filo. No pudieron responder a nuestras preguntas, y a partir de un documento redactado en común, pudimos instalar el tema en la facultad y evitar que se proceda con la medida.
- Propuesta de la Mayoría Estudiantil-Caracol Insurgente. Debido a la alta proporción de bibliografía en Lengua Inglesa propuesta por las cátedras de la orientación arqueológica, los representantes por la Mayoría en el claustro estudiantil solicitamos realizar una encuesta dirigida a alumnos y graduados recientes con el fin de determinar si esto es visto o no como un problema. Esta inquietud surgió al hablar con much@s compañer@s de la carrera, con lo que coincidíamos en que este requerimiento curricular era uno de los principales factores a la hora de abandonar una materia. Finalmente, el proyecto es aprobado en Consejo Directivo en agosto de 2010.
- Propuesta de la Mayoría Estudiantil-Caracol Insurgente. Solicitamos que el Departamento de Antropología difunda un informe sobre el acuerdo CADRA-UBA con una encuesta adjunta realizados por estudiantes de la facultad –Comisión por el Presupuesto- para relevar las distintas opiniones de la facultad sobre el asunto y ver de qué forma se puede accionara concretamente sobre este ridículo convenio firmado por el Consejo Superior. Luego de una larga conversación que incluyó debate y sugerencias, la junta resolvió acompañar esta propuesta difundiendo el informe y pero no la encuesta.
- Acompañamos desde los representantes de la Junta Departamental el proceso que inició la comisión de presupuesto en cuanto a la construcción de un nuevo edificio de la Facultad. En este caso, al tratarse en la Junta el tema de la crisis edilicia y la falta de aulas de cursada, interpelamos a la Secretaria de Asuntos Académicos, Graciela Morgade, sobre esta situación, preguntando si se piensa utilizar para relocalizar los institutos de investigación, así cómo solicitamos que se priorice la construcción de aulas para el grado, de un comedor universitario, una guardería y un servicio de enfermería. Nos encontramos con lo que nos encontraríamos los estudiantes a lo largo de un año: evasivas, silencios y veloces “cambio de tema”.
- A partir de la Mayoría Estudiantil-Caracol Insurgente, la Junta establece que los llamados a adscripción se hagan todos juntos dos veces al año. Se acuerda que sea en mayo y noviembre. De esta manera se organiza la información para que todos los estudiantes tengan la oportunidad de presentarse a los llamados a adscripción y formen parte de la cátedra que les interese.
- Propuesta de la Mayoría Estudiantil-Caracol Insurgente: que el Departamento de Lenguas Modernas otorgue equivalencias de idiomas aprobados en instituciones con certificados de validez internacional. La junta departamental avala esta propuesta. En junio se aprueba el proyecto en Consejo Directivo
- Propuesta de la Mayoría Estudiantil-Caracol Insurgente. Se aprueba dar el aval a la revista Kula, una de las pocas publicaciones de antropología redactada y editada por estudiantes de nuestra carrera; esto surge a partir de la escasa participación de estudiantes y graduados de esta facultad ante las convocatorias para enviar artículos
- La mayoría del claustro estudiantil (Caracol Insurgente – La Juntada) propone que la elección del director de departamento se realice un mes después de lo previsto para favorecer que se hayan iniciado las clases y que ello facilite una mayor participación estudiantil. Luego se aprueba este proyecto en Consejo Directivo.
Y
además: Asambleas Periódicas, Informes de Junta, Boletines de Carrera,
Proyecto de prácticas de didáctica en espacios no-convencionales,
Reforma del plan de Estudios y mucho más...
“REFORMISTAS”
Un resumen, balance y proyecciones de la Reforma de Plan de Estudios de Antropología
Dos
años atrás se inauguraba un nuevo episodio en esta novela que peca de
ambigua, oscilante entre el horror y el drama, que la comunidad de
nuestra carrera osó denominar “Reforma del Plan de Estudios de la
Carrera de Ciencias Antropológicas”. Devenido imponderable de la vida
cotidiana antropológica, pasamos a retomar brevemente de qué se trata
este proceso, dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos.
Desde
que el plan actual entró en vigencia tras la vuelta de la democracia a
nuestro país, a mediados de los años '80, se caracterizó por tener el
atributo de “emergencia” y “provisorio”. Desde entonces que el plan de
estudios se encuentra en revisión y la reforma es una posibilidad que
siempre está. Es así que en los años que nos separan de aquella
implementación, varios procesos de reforma se iniciaron. Luego de muchas
idas y vueltas a lo largo de dos décadas, cuando el “plan provisorio”
cumplió 25 años, en 2008, otra generación de estudiantes volvió a
encarar, como otros hicieron antes que ellos y otros antes y otros
antes, este deseo de reformar el actual plan.
Ahora
bien, ¿por qué cambiar el actual plan? ¿Sólo porque se hubiese pensado
en un principio como provisorio qué encaramos la reforma? Claramente
esto no se hace por deporte, sino que se sostiene en una caracterización
que cuenta con múltiples elementos. Por un lado, las formas de
organizar los contenidos no presentan un recorrido organizado, sino “una
lista de materias”. Esto termina implicando la reiteración de
contenidos desde la misma óptica (lo que por cuestiones de tiempo supone
que otros contenidos se pierden). Por otra parte, al interior de las
diferentes unidades que componen el plan (las materias y los seminarios,
básicamente) debe fomentarse la inclusión de contenidos que hoy no se
encuentran presentes; la ausencia de contenidos de historia argentina y
latinoamericana son tan sólo algunos ejemplos de ello. Y por supuesto,
una de las mayores debilidades del plan actual es el hecho que las
actividades de trabajo de campo al interior del ciclo de grado brillen
por su ausencia. Suena paradójico que tengamos que esperar al final de
la carrera (con la materia Metodología) para poder desarrollar un laburo
de campo en profundidad, siendo este precisamente uno de los atributos
distintivos de nuestra disciplina.
Desde
que se retomó la reforma en el 2008, se dio una propia metodología de
discusión y trabajo para que este proceso no devenga en un recorrido sin
brújula ni radio. En las Jornadas Interclaustros de aquel año los 3
claustros (estudiantes, graduados y profesores) presentamos distintos
modelos de Plan de Estudios estructurados en torno a 4 ejes: un eje
histórico (HSG), un eje problemático (lo que hoy en día son las
sistemáticas y algunas problemáticas que se dan en los seminarios), un
eje teórico (HTA, TACs o Teoría Sociológica, entre otras.) y el eje
epistemológico - metodológico (epistemología, talleres de metodología,
seminarios de tesis).
Este
año se realizó un nuevo ciclo de jornadas, para tratar el tema del eje
epistemológico – metodológico. La novedad fue que por primera vez, desde
que este proceso se reinició no se presentaron 3 propuestas, sino 1
acordada y consensuada por los diferentes claustros. Para llegar a esto,
conformamos en 2008 una comisión “burocrática” u “operativa”, compuesta
por miembros de los tres claustros de igualitaria composición, con el
objetivo de ir tratando las diferentes propuestas de los claustros para
ir acercando posiciones que luego son ratificadas en las jornadas que
tienen lugar una vez por cuatrimestre. Como resultado de esto, se acordó
ya y por consenso un eje epistemológico – metodológico de 5 espacios
cuatrimestrales, orientado de lo general a lo particular (es decir,
partiendo de la epistemología y concluyendo alrededor de la escritura de
la tesis) en el cual se vieron plasmados muchos de los intereses de los
estudiantes.
Si
bien los estudiantes hemos sido pensado este proceso integralmente, en
el caso de la orientación arqueológica, el proceso de reforma se vio más
de una vez obturado por la baja concurrencia a los encuentros de debate
y por una caracterización divergente sobre las necesidades de la
orientación tanto al interior como entre los claustros. Aún así, se
pudieron realizar reuniones periódicas, llegando a un acuerdo sobre los
contenidos mínimos de las materias del Eje epistemológico –
metodológico, como también se avanzó en las posibles dos materias (hoy
solo existe Fundamentos) de la orientación arqueológica en el tronco
común. Con respecto a esto último, es una realidad que la orientación no
tiene suficiente presencia al inicio de la carrera. Como alternativa,
pensamos que los contenidos de esta potencial materia posean un carácter
histórico, introduciendo a los estudiantes en el desarrollo teórico y
metodológico de la arqueología en nuestro país. Tanto la existencia de
esta materia como su eventual contenido, serán fruto de debate (y
disputa…) en las próximas Jornadas Interclaustros, acompañada de la
discusión en torno al CBC y el tronco común.
Ya
cerrando, no hay que dejar de hacer referencia a nuestra convicción
gremial que sostuvimos y seguiremos sosteniendo a lo largo del proceso:
la certeza de que reformar el plan de estudios implica hacernos cargo de
nuestra carrera, es sabernos directores de la misma (aunque sin cobrar
sueldos más elevados que la media o tener una oficina propia en el
tercer piso) y ejercer una soberanía sobre aquello que aprendimos, que
aprendemos o que estamos por aprender. Tiene un poco de mística: es
esperanza en que todas las cosas que vemos que están mal, en un futuro
estén mejor. Desde los contenidos propios de una materia, hasta cómo se
piensan esos mismos contenidos, pasando por la crítica de salir al campo
unas tres, cuatro veces con suerte a lo largo de veintipico de
materias. Es un momento para democratizar, cantarle vale cuatro a lo
viejo, manifestar las convicciones e inquietudes que tenemos como
estudiantes, y potencialmente, como futuras generaciones de antropólog@s
sociales y arquéolog@s.
Es
en esto que gira nuestra apuesta. En este caso, somos los estudiantes
los que no tenemos nada por perder. Todo por ganar y todo por delante
tenemos como claustro, en eso le llevamos ventaja al resto.
Por eso mismo, seguí, sigan y sigamos participando.
Qué no te la cuenten… ni Trinchero, Carnese ni Neufeld.
Bolche Caracol:
La Toma y nuestra carrera
La Toma y nuestra carrera
Ni bien tomamos la facultad, empiezan a circular los primeros mails de los graduados y profesores de nuestra carrera. Todo tipo de difamaciones circularon por esos días, como que la facultad estaba cerrada, que no se podía dar clase o que éramos cuatro gatos locos tomando la facultad. No pasaron por las clases públicas (que algunas materias dieron durante todo el mes), ni siquiera a dar sus argumentos en contra de la toma, directamente dejaron de ir a la facultad alegando que no lo harían si no la levantábamos y llamándonos a reunirnos en los "cafecitos copetudos de Caballito".
La represalia…
Cuando volvimos a cursar después de un mes de toma, nos encontramos con que las materias, de nuestra carrera sobre todo que eran PD (promoción directa) ya no lo eran. Ejemplos de esto fueron Psicología general, Metodología, Folklore General y Teoría Sociológica. En Psicología General, dimos un largo debate en los teóricos en los que se pretendía la obligatoriedad de los mismos, alegando que se habían perdido muchas clases y contenidos (cuando en otras oportunidades en las que se perdieron muchas clases se resolvió de otra manera sin tener que sacar la PD, por ejemplo tomando un solo Parcial domiciliario integrador), ante las quejas de los estudiantes que no podían asistir a los teóricos se modificó esto mostrando claramente que era una represalia. En Metodología se intentó sacar la promoción y el trabajo de campo que es lo que distingue a esta materia por ser la única que lo incluye, por lo tanto desde los estudiantes insistimos en mantener estas instancias, ya que no consideramos la metodología sólo como teoría sino también como práctica. Además de estos claros intentos de "castigar" a los estudiantes, en la materia de nuestro decano, Sistemática II, se impuso la obligatoriedad de los teóricos cuando ésta siempre fue con final obligatorio y el régimen de cursada solo contemplaba la asistencia a prácticos.
Y lo peor de todo esto, es que se resolvió en una junta departamental convocado con pocas horas de anticipación y en horario distinto al que siempre nos reunimos, rechazando la propuesta estudiantil, de que cada materia pueda discutir, entre los profesores o graduados que forman parte de la cátedra y los estudiantes que la estaban cursando, cuál era la mejor forma para continuar con el dictado de la materia.
¿Para qué estudiamos?
¿Para quién nos formamos?
¿Para quién nos formamos?
Estas son tan sólo algunas de las preguntas que cotidianamente nos surgen cuando encaramos una reflexión sobre nuestra formación. Intentando aproximarnos a una respuesta, nos viene la imagen generalizada de una universidad integrada por individuos competitivos que pasan por una institución educativa en la que, en la mayoría de los casos, no se envuelven en un compromiso activo con la misma: instituciones que evitan generar vínculos con la sociedad que las contiene, más allá de los que establecen con los mercados y entidades del orden social permanentemente naturalizados
Y es que la educación universitaria, lejos esta de pensarse como un derecho. A menudo se piensa (y se reproduce) como un servicio a ser consumido pasivamente. La lógica mercantilista, moneda corriente hace ya varios años, busca reproducir un saber hegemónico, moldeando estudiantes acríticos, y sobre todo, apolíticos. Poco lugar tienen a lo largo de nuestra carrera los cuestionamientos acerca de qué profesionales estamos formando. Es más: nuestra formación está impregnada por el supuesto de “neutralidad” del saber académico, que entiende a la ciencia como un saber superior e inmaculado.
Vamos llegando, en función de estos elementos, a algunas primigenias conclusiones. Una de ellas es que, en tanto punto de partida, creemos necesario problematizar no sólo la apropiación del conocimiento, sino también la forma y condiciones en que este se produce.
Son aproximaciones, de todos modos. Nos llenamos aún así de más preguntas. Qué particularidad tiene la antropología, como disciplina? ¿Puede, por más imparcialidad que la recubra, mantenerse aislada de los conflictos, las problemáticas y los desafíos que asumen los pueblos de nuestro continente? ¿Hay posibilidad de que los saberes antropológicos puedan trascender el academicismo y la intelectualidad que los recubren para volverse una herramienta de cambio? O al menos ¿desde qué lugar puede la antropología aportar al cambio social?
Si indagamos un poco en la tradición antropológica, nos encontramos con docenas de lugares comunes. Clichés, incluso. Pero que, de todas formas, nos atrevemos a considerarlos como potenciales aportes para la construcción de una disciplina emancipadora. Entender al hombre y la sociedad en la que vive como una construcción propia de los grupos humanos, en un tiempo y espacio determinados deja entrever otras realidades posibles, ver las diversas religiones, formas de organización, diferentes formas de intercambio y producción a lo largo del tiempo. Y es partiendo de esto que llegamos a un permanente cuestionamiento de lo ya establecido. Desde la primera materia cursada incorporamos la “desnaturalización” como práctica constante. Al desarmar lo ya existente nos encontramos con los mecanismos y lógicas que operan por detrás.
¿Podemos retrucar, ante estas preguntas y certezas, respuestas propositivas que nos lleven hacía una práctica concreta? Son estas inquietudes las que nos convencen de la necesidad de construir una carrera que implique la reflexión crítica; que se arme desde una actitud dialógica con todos los actores de la sociedad; que investigue, produzca y sobre todo, co-produzca un conocimiento con los pueblos indígenas, con las organizaciones campesinas, de trabajadores, de desocupados, con los movimientos sociales; que supere la percepción “no-tan-decimonónica” de estudiar los actores que investigamos como meros “objetos de estudio”.
Cansad@s nos encontramos de la imagen del intelectual de la academia, que muy cómodo desde su oficina, sillón, cátedra o curso dictamina la estrategia correcta para tal o cual sujeto en lucha. Decirle basta a eso implica, necesariamente, oponerle un modelo de intelectual a aspirar, construyéndolo desde el aquí y el ahora. ¿Tan irreal y delirante es el planteo de formar antropólogos comprometidos con los procesos de transformación social, que aporten a estos no como meros observadores, sino a través de una relación que busque materializar el conocimiento producido a la realidad cotidiana?
Queremos dirigirnos al día en que dejemos de buscar dinosaurios, para que el conocimiento que produzcamos sirva como real herramienta para la transformación social, indagando en la posibilidad de ser actores, en tanto antropólogos y antropólogas, que aporten creatividad, conocimiento y lucha al campo popular y el cambio social. Y si bien es cierto que no podemos esperar LA revolución para comenzar a prefigurar los cambios que soñamos, partimos de la base de que en tanto y en cuanto no nos propongamos transformar nuestra universidad y nuestra sociedad, las ciencias sociales seguirán formando parte del pie de página de nuestra historia. En ese sentido es que creemos que es posible comenzar a construir aquí y ahora, una antropología transformadora y emancipadora. Soñamos con eso. Y en eso estamos trabajando...
Propuestas para Junta Departamental:
- Vamos por más horarios de cursada: Impulsemos una encuesta para conocer las necesidades reales del claustro y utilizarla como insumo para la oferta horaria de prácticos, teóricos y seminarios.
- Impulsemos una publicación a través del Departamento, aprovechando OPFyL, de las producciones académicas de los estudiantes.
- Promovamos Jornadas de discusión sobre “ ética profesional”, en relación a nuestro “objeto-sujeto” de estudio.
- Vamos por la democratización de las juntas, claustro único docente , aumento de la representación estudiantil, impulsemos unas jornadas de debate, acerca de las estructuras de co-gobierno, para que podamos decidir entre tod@s.
- Democraticemos el acceso y la información sobre las becas UBACYT y CONICET.
- Democratización del acceso a los institutos de investigación.
- Establecimiento de encuestas estudiantiles sobre las propuestas formativas de las cátedras.
- Implementación de la reglamentación sobre adscripciones, con una clara definición del acceso, las tareas y las instancias de formación
- Que el departamento canalice y organice una publicación, con información acerca de los lugares en los que podemos trabajar como antropólog@s.
- Que la carrera salga de la facultad! Organicemos instancias para, como estudiantes, difundir que estudiamos y de que trabajamos, en colegios secundarios.
- Ante lo sucedido este año con las materias de promoción, impulsar un proyecto que contemple la desición colectiva, entre docentes de la cátedra y estudiantes que cursan la materia, ante cualquier modificación en la cursada (cambio en el régimen de cursada, de promoción, en la bibliografía, etc)
Y además:
- Asambleas periódicas y lunes de pre-junta para tomar las decisiones colectivamente
- ciclo en radio La Tribu “Crónicas de la resistencia”
- El Caracol va a la escuela
- Grupo de estudio sobre zapatismo
- Organicemos el encuentro nacional de estudiantes de antropología
- Taller de producción de textos académicos y mucho más
Si te interesa cualquier actividad de estas, si tenés alguna duda, crítica, sugerencia, comentario, felicitación, etc. podés escribirnos a: caracolinsurgente@gmail.com
En Centro y Antropo - LISTA 9
No hay comentarios:
Publicar un comentario