lunes, 16 de marzo de 2009

Una fiesta de la democracia (o cómo se enfiestan a la democracia)

Ha comenzado otro año en nuestra querida carrera y como todos los años nos vemos en la necesidad de traer a debate las formas “democráticas” en las que se eligen las autoridades, frente a una nueva elección de Director de la Carrera de Ciencias Antropológicas.

La situación ya es conocida (o por lo menos debería serlo). Las juntas de carrera presentan un panorama poco propicio para hablar de democracia, a menos que consideremos que el “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” signifique que 79 profesores y graduados deban disponer del 70% de la representación en el órgano colegiado de cogobierno, mientras los más de mil estudiantes que elegimos a nuestros representantes el pasado octubre nos debemos contentar con obtener el 30% de la representación en este órgano. Evidentemente, el concepto democrático que manejamos no pasó siquiera por el liberalismo francés y considera, no sólo que existen claustros de primera y de segunda, sino que los estudiantes nos deberíamos contentar con ser una fuerza testimonial que no tenga vela en ningún entierro.

La caradurez de este sistema y sus defensores no es tanta si aceptamos que defienden sus intereses corporativos (con los que lejísimos estamos de comulgar) y que los estudiantes, una y otra vez hemos carecido de la imaginación o la voluntad necesarias para instalar de manera contundente el debate en el seno de nuestra cotidianeidad académica. El conflicto por la democratización que llevamos adelante durante el 2006 en toda la Universidad de Buenos Aires quedo, por desgracia o por error, flotando entre los convencidos de siempre, en la discusión entre aparatos y en bancar las tomas entre los militantes. Nunca trascendió hacia la mínima expresión de vida académica: el aula, los pasillos y las juntas de cada carrera.

Antropo no fue ni es la excepción. Todos los años llevamos adelante el mismo simulacro, la misma pantomima: llega la primer reunión de Junta del año, profesores y graduados ya acordaron quien ocupara la dirección de la carrera, los estudiantes nos oponemos, denunciamos el carácter antidemocrático de la Junta y proponemos una asamblea interclaustros (o algo que se le parezca) para elegir a la dirección. Posteriormente se nos ríen en la jeta, pues nada les interesa menos que pedirnos permiso a nosotros -mayoría abrumadora de la comunidad antropológica- para elegir a “su” director.

Este año volvimos a vivir la misma situación. Frente al reclamo estudiantil de que se postergue la elección hasta tanto no hayan comenzado las clases, graduados y profesores (actuando como un claustro único) se negaron una vez más, evocando el viejo fantasma de la acefalia, al mismo tiempo que se burlaban de un reclamo histórico -como lo es la democratización de los cogobiernos universitarios- suponiendo que se trataba de una conducta “anarquista”, “adolescente” y “crónica”. Nuestra demanda buscaba poder discutir entre todos (docentes y estudiantes) el programa al que la dirección debería responder en este año que promete mayores ajustes a la educación por parte del gobierno “nacional y popular” en el contexto de una crisis mundial solo comparable con la vivida en 1929. Aunque siempre cargamos un granito de esperanza el desenlace fue el esperado. Por dos años más tendremos a María Rosa Neufeld en la dirección del departamento, acompañada por Mariche Scaglia en la Secretaría Académica, Bermúdez, Arzeno y Ruggeri en línea de tres al fondo…

Desde el Caracol pensamos que el camino a seguir no puede continuar siendo el mismo que nos llena de impotencia y nos confina a ser los eternos mariscales de la derrota. El año que pasó aprendimos lo poderoso que puede ser cuando los compañeros nos organizamos y nos comprometemos, no sólo a luchar y a movilizarnos al departamento, sino a trabajar, a desarrollar proyectos serios que nos permitan avanzar hacia las transformaciones necesarias. Así cómo los estudiantes de Antropo dimos el ejemplo sobre lo comprometidos que estamos con nuestra carrera y con el proyecto de un nuevo plan de estudios, tenemos que ser capaces de darnos el tiempo y la voluntad de discutir seriamente, sin fantochadas ni demagogia: ¿Qué cogobierno queremos? ¿Qué tipo de democracia estamos buscando? ¿Cómo se podría implementar una eventual reforma? ¿Cuáles son los pasos legales y técnicos a seguir?

Convocamos a todos los compañerxs estudiantes, graduados y profesores a comprometer nuestras humanidades dispersas en intentar resolver un problema que hace tiempo aqueja a la comunidad universitaria. Queremos una Universidad hija de la reforma del 1918, del proyecto de tantos compañeros que lucharon contra los vestigios feudales de una Universidad en decadencia. Hoy, más de 90 años después, ni siquiera hemos sabido defender una conquista histórica, el gobierno tripartito igualitario. Es tiempo de rehacer la Historia

Además seguimos reclamando:

-Convocatoria Inmediata a las Jornadas 2009 por la reforma del plan de estudios de Antropología según lo acordado en Diciembre de 2008.

-Pedido de Informe sobre lo trabajado en la Comisión Redactora para su difusión masiva en la comunidad de Antropología.

-Publicación en el Campus Virtual de todas las resoluciones tomadas por la Junta Departamental así como de los temarios para cada futura reunión de la misma.

-Compromiso de los Representantes de los tres Claustros y la Dirección de la carrera a la apertura de un debate sobre las formas de cogobierno Universitario en lo concerniente a la Junta Departamental de Antropología.

-Apertura de Comisiones abiertas para:

-Revisión de bibliografía obligatoria en lengua extranjera.

-Organización de Congresos, Jornadas, R.A.M., etc.

-Formas de intervención institucional de la disciplina en fenómenos de la vida pública.

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